La grafología

 

La grafología la ciencia que se encarga de estudiar la escritura, es el análisis de todos los grafismos, es decir, de todo aquel símbolo realizado a mano.

El grafismo más estudiado es la letra, pero también, se estudian las firmas, las rubricas, los números, los garabatos y los dibujos.

La escritura es el espejo del consiente y el inconsciente de todo ser humano, de modo tal, que ella puede revelar la personalidad, el carácter, las emociones, las ambiciones, los potenciales personales y todas las características, que hacen que cada ser humano sea único e irrepetible.

En el mismo acto de la escritura, además del cerebro y de los músculos que mueven la mano, interactúan los sentidos y la memoria, que procesa a su vez, toda la información.

Esta ciencia se encarga de estudiar cada uno de los trazos que se realizan en la hoja. Este proceso mezclado con las emociones, son las que revelan los más profundos estados de la psiquis y del cuerpo mismo.

La escritura es irrepetible en cada ser humano, al igual que la huella digital, pero es aún más completa, ya que contiene información más relevante.

Este estudio se dirige al conocimiento profundo de las personas, siendo útil para cualquier situación donde se requiera el contacto personal y el valor individual.

La grafología es usada también en las empresas, ya que a través de este análisis se puede dar con el individuo que se necesita, o darle la capacidad necesaria, o ubicarlo en el lugar que le corresponde. También es útil para realizar orientación vocacional, recursos humanos y selección de personal.

El grafo análisis puede descubrir, en el ámbito escolar, trastornos de aprendizaje o capacidades particulares. Es útil también en criminología, porque por medio de la escritura se pueden realizar numerosas pericias, también es utilizada en psicología y psiquiatría.

El análisis grafológico se basa en ocho puntos fundamentales, la dirección, el tamaño, el orden, la forma, la velocidad, la presión, la inclinación y la continuidad. Pero también se tiene en cuenta la organización de la escritura, la disposición, al igual que el aprovechamiento de los espacios y de los márgenes.

La dirección, es decir, la trayectoria de las líneas en el escrito determinan las variantes en el estado de ánimo, en el humor y en la voluntad, la constancia y la estabilidad, además del grado de madurez de la conducta, sus convicciones y sus principios.

 

El tamaño, es el espacio ocupado por la escritura, indica la expansión de los impulsos y las necesidades del autor. La imagen de sí mismo y el nivel de expresividad.

El orden, que tiene en cuenta la distribución de las letras, las palabras y las líneas, muestra la capacidad de adaptación y de organización. Muestra la adaptación y la inadaptación a la sociedad.

La forma, el tipo de trazo que predomina en la escritura, se relaciona con el nivel cultural y con los modales. Muestra también, estados de ánimo, preocupaciones e intereses.

La velocidad, se refiere a la cantidad de letras escritas por minuto, y muestra el nivel de inteligencia, el ritmo en la actividad y la manifestación del temperamento, de impulsos y de carácter de quien escribe.

La presión, observando los distintos contrastes de la tinta en el papel se comprueba la intensidad de los trazos y revela la energía, los sentimientos, la vitalidad y los instintos del autor. Muestra también, la tenacidad y la capacidad de realización personal.

La inclinación, es la proyección de la escritura hacia a la derecha o hacia la izquierda, está indicando la necesidad de contacto con los otros, la introversión y la extroversión de quien escribe.

La continuidad, determinada por la unión o la separación entre las letras o palabras. Muestra la inteligencia, la habilidad para unir ideas y conceptos, la intuición, la constancia y la capacidad de desenvolverse en distintos ámbitos.

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